De acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), el municipio es la entidad político-jurídica en que se dividen los estados, está integrada por una población asentada en un espacio geográfico, con normas jurídicas propias y un órgano de gobierno que es el ayuntamiento, el cual se integra por regidores, síndicos, y presidente municipal.
Por otro lado, las políticas públicas de acuerdo con Tamayo (1997), “son el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas que un momento determinado los ciudadanos y el propio gobierno consideran prioritarios”. Se pueden entender entonces como aquel proceso en donde se llevan a cabo acciones y estrategias encaminadas a la resolución de problemas, que por su nivel de importancia se convierten en prioritarias y de interés público.
Tamayo (1997), señala que, el proceso de las políticas públicas se estructura de forma secuencial, como es:
- Identificación y definición del problema
- Formulación de las alternativas de solución
- Adopción de una alternativa
- Implementación de la alternativa seleccionada
- Evaluación de los resultados obtenidos
Los municipios tienen que implementar un elevado número de políticas públicas para hacer frente a las demandas y necesidades de sus ciudadanos. Los municipios mexicanos albergan una amplia heterogeneidad, que van desde políticas, geográficas, sociales, culturales, económicas, y sin duda poblacionales, por otro lado, también son homogéneos en algunos aspectos como son la insuficiencia en los recursos financieros, la falta de planeación urbana, altos grados de endeudamiento, ineficiencias en la prestación de servicios públicos, deficiencias en la atención social, entre muchos otros más.
Esta serie de problemas son prueba de que los diseños institucionales municipales y las formas de ejercer los gobiernos tienen serias dificultades de acción y respuesta ante las necesidades y demandas básicas de la sociedad.
Los municipios en materia de desarrollo local son las autoridades locales que ejercen una mayor cercanía con los ciudadanos, es la célula básica del sistema político y administrativo del país, al mismo tiempo que, son quienes tienen mejores conocimientos para proveer bienes y servicios acordes con las preferencias y necesidades de su población (Robles, 2013). Por la misma razón, es el nivel de gobierno que más posibilidades tiene de lograr la participación efectiva de la ciudadanía en los asuntos públicos que afectan su vida cotidiana; pueden ser más transparentes y rendir cuentas de manera más eficaz a una población activa y demandante, así mismo coordinar, gestionar y dirigir estrategias de desarrollo que sean más viables y adecuadas para el bien social, así como propias del entorno local.
Una aproximación hacia algunas de las situaciones más evidentes de las gestiones municipales y los principales problemas que afectan su funcionamiento, apuntan hacia debilidades en:
- La conformación, selección y perfil de servidores públicos con bajos grados de profesionalización y capacitación, instaladas al interior de cada área de la administración pública.
- Falta de capacidades de dirección y gestión en autoridades.
- Cultura ciudadana con escasa orientación a la participación.
- Diferencia entre lo ideal y la realidad municipal, debido a que muchas funciones no se desarrollan en la práctica.
- Conflictos de poder y coordinación entre el municipio y otros niveles del Estado.
- Centralismo de las inversiones.
Esta realidad ha obligado a la población a abandonar y crear un generalizado fenómeno de desconfianza ciudadana hacia los gobiernos por su escasa capacidad para actuar y responder eficazmente ante las crecientes necesidades comunitarias, en donde además habría que agregar que con el considerable aumento demográfico y avances sociales y tecnológicos se genera día a día una cultura urbana con mayores capacidades de cuestionamientos hacía el actuar de sus gobiernos.
El incremento en los niveles de desconfianza por parte de la ciudadanía hacía los gobiernos, en particular los municipales, producen un círculo vicioso, que impacta la convivencia entre ciudadanos y gobierno, y que lejos de incluir a la población en la toma de decisiones, estos actores gubernamentales los excluyen y alejan más, dejando de lado la participación ciudadana y sus verdaderas necesidades (Candia, 2014).
Esta problemática es muy frecuente y el peor de los escenarios es que se repite administración tras administración, independientemente del partido al que pertenezca, la situación más importante aquí es que el ente más afectado es la ciudadanía.
Los cambios de gestión de gobierno que llevan a cabo los municipios no deberían de significar bajo ningún motivo el “borrón y cuenta nueva” que hoy por hoy tenemos. No obstante, esta experiencia es más común de lo que se piensa, en la mayoría de los municipios el cambio de autoridades implica un alto costo para la ciudadanía, principalmente asociado al cambio en las decisiones de las nuevas autoridades políticas electas que muy seguramente buscarán diferenciarse de la administración previa. Cabe señalar que la incapacidad e ineficiencia institucional no es sólo municipal, sino que ha sido cómplice y alcanza a otros órdenes de gobierno, en donde se encuentran implicados el Poder Legislativo y el Poder Judicial (Robles, 2013).
Candia (2014) refiere que, un instrumento importante es la información, ya que es un elemento indispensable para la implementación de políticas públicas, esta debe de ser auténtica y adecuada, disponer de la suficiente información ayuda en la labor de decidir las políticas públicas que se consideren más adecuadas para hacer más eficiente el proceso de actuación. Una buena comunicación interinstitucional y con la sociedad es parte del éxito de una buena política pública.
En este escenario podemos reflexionar que, los funcionarios públicos a cargo de la administración municipal deben de diseñar e implementar de manera eficiente y estratégica, auténticas políticas públicas, así como priorizar y adecuar la cartera de servicios, teniendo en cuenta todos los recursos económicos disponibles, siempre limitados y marcando prioridades en cada uno de los sectores a atender, así mismo es indispensable tomar en cuenta a la ciudadanía y entender cuáles son las verdaderas necesidades y demandas que se tienen y accionar a partir de ahí.
Uno de los mayores retos para el buen funcionamiento del gobierno municipal ante las políticas públicas es la ausencia de la continuidad de proyectos y trabajos al término de una administración, dado que las prioridades no se desarrollan en función de las verdaderas necesidades de la ciudadanía sino de los propios intereses de los funcionarios públicos a cargo, convirtiendo de esta manera las demandas de la población e inclusive a la misma, en una marioneta que llega a ser parte de una interminable lucha de poderes políticos, dejando de lado a la realidad social.
La organización, coordinación entre los distintos niveles de gobierno, el uso de tecnologías de información y comunicación, asesoramiento, actualizaciones, continuas capacitaciones a funcionarios públicos, así como acciones orientadas hacia el fortalecimiento institucional son algunos de los ejercicios que pueden ayudar a cumplir con los objetivos, estrategias establecidos y el fortalecimiento institucional de las municipalidades.
Referencias
Boneti, L., (2017), Políticas públicas por dentro, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Tercera ed. Mercado de Letras, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, septiembre de 2017
Candia, S. R., (2014), Incorporación de las municipalidades en la institucionalidad pública para el mejoramiento de la competitividad: justificaciones y propuestas, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago de Chile, marzo de 2014
González, G. G., (2014), Política Públicas en el ámbito municipal, una tarea pendiente, Instituto de Investigación en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción, Mérida Yucatán, 20 de noviembre de 2014
INAFED. (01 de abril de 2020). Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. Obtenido de Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal: https://www.gob.mx/inafed/articulos/diferencia-entre-municipios-y-demarcaciones-territoriales#:~:text=La%20demarcaci%C3%B3n%20territorial%20no%20tiene,la%20alcald%C3%ADa%20y%20el%20alcalde.
Robles, H. G. (2013), Políticas públicas y gestión municipal. Tres consideraciones para los municipios urbanos, Ra Ximhai, vol. 9, núm. 2, El Fuerte, México, 2, mayo-agosto, 2013
Tamayo S, M. (1997). El análisis de las políticas públicas, en Bañón, R. y Carrillo, E., (1997) La nueva administración pública, Alianza Editorial, Madrid, 1997